sábado, 29 de noviembre de 2014

José Artigas en la Campaña Oriental I (1815)

José Luis Busaniche fue un notable historiador argentino. Nació en Santa Fe de la Veracruz, capital de la Provincia de Santa Fe, en 1892 y falleció en San Isidro, Provincia de Buenos Aires, en 1959. Sus obras más importantes están relacionadas con los bloqueos franco – británicos de 1838 y 1843, el papel que jugó la Provincia de Santa Fe en esas circunstancias, el Gobierno de Juan Manuel de Rosas y la construcción del federalismo argentino. En 1938 publica un libro de lecturas históricas argentinas que reedita en 1959 con el título de Estampas del Pasado.(1) Este libro ha servido de inspiración para la sección “Rescoldos del Pasado” de El Recopilador He rescatado varios textos de la colección, reproduciendo parte de las prolija referencias de Busaniche.    
Dámaso Larrañaga: sacerdote y naturista que nació en Montevideo en 1771. Adhirió a la revolución de mayo y, por ello, fue expulsado de la ciudad por el virrey Elío en 1811. Siguió a José Artigas quien lo nombró director de la Biblioteca Pública de Montevideo en 1815. Murió en esa ciudad en 1848.(2) 
Cenando con José Artigas(3)
Junio 12. Paysandú. Nuestro alojamiento fué en la habitación del general Artigas. Ésta se componía de dos piezas de azotea, una de cuatro varas y la otra de seis, con otro rancho contiguo que servía de cocina. Los muebles se reducían a una petaca de cuero, y unos catres de lo mismo, sin colchones, que servían de cama y sofás al mismo tiempo. En cada una de las piezas había una mesa para escribir y otra para comer; me parece que había también un banco y unas tres sillas muy pobres. Todo daba indicio de un verdadero espartanismo. /.../.
”A las cuatro de la tarde, llegó el general don José Artigas acompañado de un ayudante y de una pequeña escolta. Nos recibió sin la menor etiqueta. En nada parecía un general. Su traje era de paisano y muy sencillo: /.../. Conoce mucho el corazón humano, principalmente el de nuestros paisanos, y así, no hay quien le iguale en el arte de manejarlos. Todos lo rodean y todos los siguen con amor, no obstante que viven desnudos y llenos de miseria a su lado, no por falta de recursos, sino por no oprimir los pueblos con contribuciones, prefiriendo dejar el mando al ver que no se cumplían sus disposiciones en esta parte y que ha sido uno de los principales motivos de nuestra misión.
”Nuestras sesiones duraron hasta la hora de la cena. Ésta fué correspondiente al tono y trato de nuestro general; un poco de asado de vaca, caldo, un guiso de carne, pan ordinario y vino servido en una taza por falta de vasos de vidrio: cuatro cucharas de hierro estañadas, sin tenedor ni cuchillos, sino los que cada uno traía, dos o tres platos de loza, una fuente de peltre, cuyos bordes estaban despegados; por asientos tres sillas y la petaca, quedando los demás en pie. Véase aquí en lo que consistía el servicio de nuestras mesas cubiertas de unos manteles de algodón de Misiones, pero sin servilletas, y aun, según supe, mucho de esto era prestado. /.../.”     
Notas y Bibliografía: 
(1) 1959, Busaniche, José Luis, Estampas del pasado, lecturas de historia argentina, Buenos Aires, Hyspamérica.
(2) s/d, Larrañaga, Dámaso, Diario de viaje... de Montevideo a Paysandú, Museo Mitre, Contribución documental para la Historia del Río de la Plata, Buenos Aires, 2013. 
(3) Busaniche, José Luis, Op. Cit., pp. 310-312

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